«Desde el otro lado del mar» en la Nueva Galicia

«Desde el otro lado del mar… Los regresos del emigrante» no estaba para nada en mis cálculos. Con «Relato de un emigrante… desde Santiago de Compostela a Montevideo» y enseguida «El vendedor de libros», cuyas primeras ediciones fueron publicadas en el año 2007, en castellano y gallego, ya era más que suficiente. Así pensaba y daba por concluida la expresión en forma de libro, orientada al tema emigración, en lo personal. Pero, claro, a veces ocurren hechos imprevistos, de pronto tan importantes que tienen la fuerza hasta de promover un cambio en el rumbo de nuestro pensamiento y decisión.

Esos hechos trascendentes ocurrieron nada menos que cincuenta y cinco años después de haber abandonado «mi paraíso», es así como defino yo a «mi lugar». Jamás se me podría pasar por la mente que once lustros después de dejar el colegio que tanto me marcó, la Escuela de los Hermanos, conocida también como «la universidad de los pobres», me encontraría frente a frente con el primer maestro, el Hermano Federico y nada menos que ¡en el patio de la escuela! Sí, el impacto fue de proporción elevada, además, no era solo con nuestro exigente y apreciado maestro que me encontraba así de golpe ese plácido día de primavera del mes de San Juan en el que las emociones se iban multiplicando como petardos de fuegos artificiales, a medida que iba saludando a uno y a otro de mis compañeros… los «niños» de aquel tiempo.

Lejos, muy lejos, estaban aquel tiempo y lugar. Es un misterio el tiempo, de pronto se nos aparece otra vez, en el mismo lugar, pero con otra vestimenta… Hay bastante «de eso» en este libro. El joven maestro, largirucho, paciente, siempre atento con su mirada de vigilante, apenas siete años mayor que algunos de nosotros… ¡no podía con aquellos setenta y dos ingobernables!, según nos contaba en aquella fraternal reunión pasado más de medio siglo. En aquel tiempo le habíamos puesto un mote y yo tuve la osadía de revelarlo en «Relato de un emigrante» y «la casualidad» quiso que el mestro leyera ese libro, por lo tanto, mientras su mirada de siempre, un palmo más elevada, me enfocaba, la pregunta de rigor acerca de aquel alcume. ¡Vaya!… ¡Qué situación!… Pero no, la sonrisa benévola ya lo había borrado todo. ¡Menos mal!

Queda pendiente de comentario el también imprevisto y más importante de los reencuentros, el que hizo rememorar situaciones «archivadas tan en el fondo» que parecían no pertenecer más a la memoria, pero ocurrió lo inesperado y las expresiones que fui escuchando reactivaron esos archivos de memoria. Entonces pensé enseguida…» ¡Qué sinfonía inconclusa con mi primer escrito! ¿Y ahora, qué hago?» La duda desapareció cuando en la reunión de camaradería, aquella misma tarde en «Los Robles», durante los cafés, Óscar Canitrot, el amigo motor que generó esos múltiples reencuentros, leyó un pequeño pero muy emotivo discurso, relacionado con el tema. El problema se presentó cuando solicitó mi respuesta. La emotividad del momento no me permitió una expresión fluida, solo unas breves palabras y la promesa de escribir algo sobre este asunto.

Y así, al regreso a mi otro lugar, comenzó a gestarse este escrito y fue tal la removida de la memoria que terminó convirtiéndose en un libro. Dos años después un editor catalán radicado en Compostela, atrapado con la historia, lo tenía en su despacho esperando encontrar el título adecuado, porque el que yo le había puesto tenía cierta similitud con el de un premio literario de prestigio que saldría después. Pero, ya era tarde, ese título no podría ser. Yo sugerí más de medio centenar, ninguno me conformaba. Mientras, cuando me reunía con mis ex compañeros en primavera, les decía… «el libro va a salir» y al mismo tiempo yo mismo me preguntaba… «¿Cuándo?»

En el medio apareció la temida «crisis», por lo tanto liberación de compromiso con el editor y un día del mes de marzo, antes del amanecer, el primer pensamiento fue la «aparición de un título» que me atrapó. Esa misma mañana corrí a la impresora y a partir de ese momento «los hice correr» a ellos también… «Este libro tiene que llegar a las manos de mis amigos antes de que finalice el mes de la Virgen». Y llegó, yo no pude estar en la que sería mi quinta reunión con todos mis compañeros y el maestro, pero «Desde el otro lado del mar» sí, llegó a tiempo a «mi paraíso». «Misión, mejor dicho, promesa cumplida». Y este próximo domingo tendremos el privilegio de participar de su primera presentación en la FIL de Guadalajara… la «Nueva Galicia»,  Jalisco.