«Abandonar el barco»

… Ese es el título de uno de los capítulos del próximo libro sobre emigración (que será el último de mi autoría, el que cierre el circuito), que se publicará muy pronto, cuyo título no revelo pues creo que ya «se me escapó» antes y no queda bien revelar antes de publicar. Pero, después de todo, «a mis años y sin patrón»…

El Día de Galicia… y la «Camiseta Celeste»

Esta es la reciente crónica de nuestro amigo Xerardo Rodríguez en su página http://www.galiciaunica.com

25 de julio, día de Santiago Apóstol patrón de Galicia y de España…  Día de la Patria Gallega.

Cuentan las crónicas que comenzó a ser fiesta grande, este Día da Patria, en 1924… Aquel 25 de julio en el que Avelino Cachafeiro ganó el primer concurso de gaitas y se convirtió en el mejor gaiteiro de todos los tiempos… Lo ganara tocando la “Alborada Galega”. ¡Nada menos! Y el jurado lo presidía Castelao, todo un honor para una “esgrevia” figura de la música más popular.

Somos los gallegos muy festeiros. Nos inventamos fiestas para rezar, para comer, para bailar y hasta para revivir la historia. ¡A pesar de la “negra sombra” que la poesía nos echó encima! Porque somos más de sol que de niebla pese a la mala reputación climática.

¡Nos encanta el verano, oye! A partir del San Xoán es cuando nos soltamos la melena para ir de romería, de verbena popular o de festival de Ortigueira.

Las armas de los monjes

Pensamiento, conocimiento, fe, secreto… el misterio… la palabra. Eran esas algunas de las armas de las que disponían los monjes benedictinos del monasterio de Sant Benet así como los monjes de otras órdenes. Finalmente, después de sucesivos asedios, sucumbieron ante las armas de los señores feudales y fueron expulsados del lugar que habían construido y habitado por cientos de años. Siempre existió el recelo de los poderosos que convencían y dominaban con las armas, mientras los monjes convencían con la palabra, el convencimiento, la fe. Sin duda, por momentos armas más poderosas que las de los señores de los castillos. En la primera fotografía se ven dos capiteles, el 63 y el 64, los últimos del claustro. En el 63, el penúltimo,

Códice Calixtino

Posible Hurto en Compostela – Desaparece el Códice Calixtino del archivo de la Catedral de Santiago

La joya del siglo XII, primera guía del Camino, se guardaba en una caja fuerte. La última vez que se mostró fue hace dos meses, a personal del Ministerio de Cultura.

«El Códice Calixtino falta del archivo de la catedral de Santiago. La Policía Nacional de la comisaría compostelana confirma que «están investigando la desaparición del importante manuscrito del siglo XII», considerado con diferencia el más valioso de los códices que se conservan del Liber Sancti Iacobi. La obra de Compostela es, además, la más antigua de la docena que han llegado hasta la actualidad, de las cuales cinco están completas, mientras que las restantes son versiones parciales.

El códice compila en cinco libros o partes, textos litúrgicos, históricos y hagiográficos del Apóstol, destinados a promover la expansión de una devoción que ya comenzaba a traer peregrinos de toda Europa a Santiago de Compostela,

Món Sant Benet

La Caixa Manresa, dueños actuales, pensaron muy bien el título del complejo… «Món Sant Benet» (Mundo Sant Benet -San Benito-) y no solo eso, ejecutaron una verdadera obra de arte con la reconstrucción del antiguo monasterio benedictino y todo el entorno que es lo que ilustran las fotografías. El extremo cuidado en restaurar lo que ya existía, pero muy venido a menos, tanto en el interior del convento como en todo el entorno exterior. El hotel, en forma de U abierta, tiene dos plantas más subsuelo. Tanto la parte anterior como posterior del edificio están bordeadas de jardines donde predomina la lavanda. Son cientos o tal vez miles de plantas. Cuando esas flores abren probablemente inunden todo el entorno y el interior del hotel con su exquisito aroma. Los estacionamientos entre jardines, tienen pequeños árboles bordeando. Más lejos se pueden apreciar por lo menos dos campos, probablemente de dos o tres hectáreas cada uno, plantados con trigo. A fines de la primavera, cuando los pude apreciar, las espigas estaban a punto, en espera de la cosecha. La antigua huerta de los monjes también fue repoblada de árboles frutales. De pronto, entre las plantas de lavanda y otras flores parecidas a amapolas, se podían encontrar con facilidad pequeñas plantas pobladas de fresas. A principios de junio una gran variedad de aromas agradables estaba a punto de invadirlo todo. La piscina está preservada de la vista por un muro, probablemente para no estropear la visión del entorno. La fotografía fue tomada desde un camino elevado que conduce al monasterio. La imagen del cuadro superior, a la derecha, corresponde al exterior de «la tienda» y «escuela gastronómica». En otra «entrada» nos referiremos a «la tienda» y a otros detalles muy interesantes del interior del monasterio.