26 de Mayo «Día del Libro» y «La Suiza de América»

Su majestad "el libro" en FIL - Feria Internacional del Libro - Guadalajara, Mexico

Su majestad «el libro» en FIL – Feria Internacional del Libro – Guadalajara, Mexico

Ya existen varias entradas en este blog que hablan sobre el «26 de Mayo Día del Libro en Uruguay» – «Día del libro – 26 de Mayo de 1816» – «Día del libro en Uruguay» – «26 de Mayo – Día del libro», que ilustran acerca de dicho tema.

Lo que mencionamos ahora es brevemente la relación entre momentos de un desarrollo intelectual de avanzada, como lo fue el 26 de Mayo de 1816, inauguración de la primera biblioteca pública en Montevideo y Abril de 1813, fecha de la que se están cumpliendo ahora 200 años,  «Las Instrucciones del Año XIII», acontecimiento histórico realizado en la zona de Tres Cruces, Montevideo. Y lo que queremos destacar en esta nota es que, antes de ser nación Uruguay, cuando aún La Provincia Oriental formaba parte del proyecto de Las Provincias Unidas del Río de la Plata, que incluía un total de ocho, desde la Provincia de Misiones al norte hasta la Provincia Oriental al sur, ésta ya contaba con dirigentes políticos e intelectuales de gran destaque.

El proyecto no prosperó, el Jefe de los Orientales, el General José Gervasio Artigas se sintió traicionado, no por su pueblo sino por algunos dirigentes políticos de alguna que otra provincia. De tal forma, tiempo después sucedió lo que se denominó «el éxodo del pueblo oriental». El prócer decidió exiliarse en el Paraguay y a su paso por la campaña, parte de su pueblo lo fue acompañando en el retiro de su tierra, dejándolo todo. Finalmente, cuando llegó a su destino, el único acompañante que siempre estuvo a su lado fue su ayudante, «el Negro Ansina». Los «lugar tenientes» quedaron en la Banda Oriental y comenzaron la gesta de la independencia total, constituyéndose después, entre 1825 y 1830 la República Oriental del Uruguay, cuyo primer presidente fue el General Fructuoso Rivera, uno de los tenientes del General Artigas.

El Prócer de la Patria se fue pero la semilla quedó y dio sus frutos. Tal vez Artigas no hubiera imaginado que, con el pasar del tiempo su Provincia se convirtiría en un país próspero y de avanzada, refugio de innumerables emigrantes europeos que entre la segunda mitad del siglo XIX y primera del XX, llegaban en masa, buscando nuevos horizontes de libertad, seguridad institucional y bienestar en el continente sudamericano.

La primera biblioteca nacional fundada el 26 de Mayo de 1816 en Montevideo por el Presbítero Dámaso Antonio Larrañaga, uno de los intelectuales que acompañaba y asesoraba al General José Gervasio Artigas, fue un signo que marcó el elevado desarrollo intelectual que habría de tener la República Oriental del Uruguay por generaciones, país que por largo tiempo fue admirado por otros del hemisferio norte, sirviendo de inspiración, merced a sus leyes sociales de avanzada, ganando el título que en algún momento alguien acertó a asignarle y que «supo sostener» hasta mediados del siglo pasado… «La Suiza de América».

Día das Letras Galegas 2013

«No existe un pueblo con alma sin poetas que lo canten»… Roberto Vidal Bolaño

O ano 1963 foi para Galicia un «Annus mirabilis» pois:

Dende a Real Academia Galega e a proposta de Francisco Fernández del Riego decídese crear o Día das Letras Galegas, cadrando co Centenario da publicación do libro «Cantares Gallegos» de Rosalía de Castro, do que se cumplen agora os 150 anos da súa publicación.

Este año el “Día das Letras Galegas” está dedicado a

Roberto Vidal Bolaño                                                                                                                                                                                                                                        Autor, actor y director de teatro

Se fostes algunha vez ao teatro, se escoitastes a maxia dos zapatos peteirando nas táboas dun escenario, tivestes que sentir o calafrío. O calafrío de non saber en que segundo a función vai comezar, o calafrío de dubidar de onde vai xurdir a voz que deteña o tempo e te sitúe no aquí e agora. No que está a pasar enriba do escenario. Se non fostes nunca ao teatro, ide, porque, sen o calafrío, será difícil que entendades completamente o esforzo e a paixón que se vive nas palabras. Porque nese momento somos capturadores delas, ávidos de coller a que voe máis adentro.
Los años tristes y oscuros de la posguerra civil española transitaban a su antojo, sin prisa, por las calles de Compostela, así como por toda Galicia y toda España, cuando Roberto Vidal veía la luz por vez primera. Su infancia transcurrió gris, como la de casi todos los niños de su época, en el humilde barrio de Vista Alegre, rodeado de la casi miseria y apatía propias de la década de 1950.
 A un costado, hacia el sur oeste, el río Sar recorre en silencio el valle que se desliza a los pies del Monte Pedroso. Por el lado opuesto la calle de Los Pelamios, el Parque del Auditorio de Galicia y algo más allá el Monte del Vite. En el medio, las casas bajas del barrio humilde de Vista Alegre, bordeando la carretera que conduce a Santa Comba, mudas estatuas esperando ver pasar algún carro, o aldeanos con sus productos dirigiéndose hacia la feria de Santa Susana. También, muy de vez en cuando, algún autobús con carrocería de madera, camino de Ames, Santa Comba o Carballo.
El primer escalofrío le llegó al niño Roberto por medio del cine. Una de las muy pocas diversiones en los días grises del extenso invierno estaba en las salas de los cines Capitol Yago y Salón Teatro y allí, aquel jovencito era atrapado por las imágenes que se proyectaban en la pantalla. En las salas de cine sintió los primeros escalofríos y a su vez comenzó a nacer su amor y pasión por la escena.
 O ronsel do western, unha das súas grandes debilidades, que influirá de maneira decisiva no seu imaxinario, estaba aquí xa marcado.
 A pocos cientos de metros de su barrio, en el casco antíguo, estaban los colegios a los que concurrió, primero a la Escuela de La Troya, luego a la Academia Ríos y por fin, al Colegio de la Inmaculada, la Escuela de los Hermanos de las Escuelas Cristianas de La Salle, conocida también con el nombre de “la universidad de los pobres”. La meta era prepararse para el oficio de auxiliar administrativo a fin de conseguir un buen empleo bancario o comercial.
 Pero, de pronto, se le complican las cosas, pues a los doce años comienza a trabajar para contribuir con su menguado salario a la supervivencia de su familia. Esta situación lo obligó a continuar con sus estudios del ciclo secundario en el turno nocturno del Instituto Xelmírez. Simultáneamente se integró a la organización Juventudes Obreras de la Acción Católica y de ahí el comienzo de su vínculo con las tablas. Tenía tan solo quince años cuando lo calificaron para su primera actuación, O Xogadeiro, un drama de dos minutos de duración.
E así comezou a bulir o verme do teatro en Roberto Vidal Bolaño.
Desde aquellos sus quince años en que subiera por primera vez a un escenario, Roberto teatralizaba por naturaleza. Será precisamente esa naturaleza, más también las necesidades propias del Equipo Lupa, carente de un grupo de actores para sus proyectos, lo que lo lleve de nuevo a las tablas. Así, él y Eulogio Ruibal fundan el grupo de teatro aficionado Obradoiro, con el que montarán varias obras y cuya actividad se verá truncada por la marcha de Vidal Bolaño a Melilla para cumplir con el servicio militar.
 A su vuelta de África, con veintitrés años de edad, junto con Joaquín García Marcos fundan el Grupo de Teatro –aficionado- Antroido. Y de la mano del ímpetu y la expectativa, llegó el tiempo de la desilusión. ¡Vivir del teatro!… ¡Una utopía! En los pueblos donde actuaban, además de reponer los gastos de transporte, los convidaban con un almuerzo a la gallega, pero salvo excepciones, de allí no pasaba la retribución.
La nariz de payaso y el sombrero negro lo acompañaron desde siempre en la mayoría de sus actuaciones. Con esa indumentaria habitual se sentía transformado y expresaba sin restricciones y con facilidad lo que sentía que debía expresar.

Roberto Vidal Bolaño (Santiago de Compostela, 1950 – 2002) é unha figura imprescindible para comprender a dimensión do Teatro Galego e, xa que logo, do noso sistema literario. Desde aqueles inicios nos anos setenta, coa mítica Xeración Abrente, ata o ano mesmo da súa morte, a produción literaria de Vidal Bolaño é constante e sempre orientada a armar un edificio teatral galego perdurable. Só uns meses antes do seu pasamento, no número 50 da revista A Trabe de Ouro, publicouse o texto do seu monólogo Sen ir máis lonxe, que Méndez Ferrín cualificou como o seu testamento dramático. Ese mesmo ano a RAG  nomeouno Académico Correspondente.

Sus restos mortales fueron velados en el Salón Teatro de la Rúa Nueva de Compostela. Además de su familia e innumerables amigos y admiradores, lo acompañaban sus inseparables…

UN CHAPEU NEGRO E UN NARIZ DE PALLASO