Banda de Gaitas Irmandade – Dez anos de camiño

«Diez años de camino». Un título significativo que marca nuestra trayectoria.
La Banda de Gaitas Irmandade, esa familia grande y entusiasta que celebra su décimo año de existencia con la realización de un gran festival musical al que están invitados a participar todos los músicos que a través de estos años pasaron por la banda, aportando su talento y dejando un afectuoso recuerdo y la amistad perdurable. A este espectáculo está invitada la Banda de Gaitas Güestia, de los amigos asturianos, además de otros invitados especiales. No solo se interpretará música tradicional gallega, habrá sorpresas del género musical.
¡Un espectáculo musical imperdible!

La Puerta de Alcalá y una situación insólita

Durante varios meses de este año fui invitado a una audición radial para hablar acerca de variados temas generales con anécdotas sobre mis libros como eje principal. Casi todos los jueves por la tarde estuve allí, sin falta, salvo alguna ocasión en la que estaba fuera de la ciudad e igual concretábamos una comunicación telefónica que salía directamente al aire. Todo estuvo muy bien siempre, las anécdotas y comentarios que salían al aire gustaban, al parecer, pues se recibían mensajes de texto alentadores y alguna que otra llamada telefónica, mencionando que les agradaba lo que estaban escuchando. La directora del programa me animó siempre, y me sigue animando pues aún estuve el viernes pasado después de un mes de ausencia.

La verdad es que se trata de una labor muy reconfortante sobre todo cuando se suceden respuestas de la audiencia que demuestran interés. Entonces uno piensa, «bueno, al menos no es tiempo perdido, a alguien le agradan estas historias que se comentan». Por otra parte, aunque en principio se presenta como algo difícil de superar, no lo resulta tanto debido principalmente al entusiasmo que va en crecimiento, pero especialmente a la profesionalidad de la directora del programa que acierta y tiene soltura para formular las preguntas, entonces para el que tiene que responder, «todo va viento en popa». Podríamos decir que la responsabilidad recae en otra persona, o sea quien conduce el programa.

Pero, no por ser verano el tiempo deberá estar bueno, una tormenta se puede presentar en cualquier momento. Una de las últimas veces que concurría a esa audición, a finales del mes de julio, llego a la emisora de radio y veo que la audición estaba funcionando desde hacía varios minutos, pero en la mesa solo estaban los micrófonos, no había absolutamente nadie más. El experiente operador, sin inmutarse lo más mínimo, mantenía la marcha del programa con música, propaganda y algunas entradas de la directora, todo grabado. Yo me quedé parado en la puerta, algo sorprendido, sin saber qué hacer, hasta que el operador me invita a pasar a la mesa… ¡vacía! Solo los micrófonos y yo.

El operador se fue a atender lo suyo. De vez en cuando me miraba a través del cristal y me hacía unas señas que por poco me hacen entrar en pánico. No, no creo que entrara en pánico, ni siquiera estaba nervioso, solo que, de acuerdo a las señas entendía que debería empezar a hablar en cuanto terminara la música. Algo habrá visto en mi semblante porque lo que hizo el operador fue «alargar la música» y rápidamente se acercó a la mesa para darme la explicación que yo esperaba.

«Ah… a la directora le cambiaron el horario en la otra audicón, ya viene en camino, llega en diez minutos.» Quién sabe que cara puse porque cuando se retiraba a su puesto, vuelve para decirme… «En cuanto termine la música, te doy la señal y… ¡tú comienzas!» No esperó a que le preguntase «¿Cómo?» Se fue raudo, sonreía desde el otro lado del cristal, como si todo estuviese normal y se balanceaba al compás de lo que se escuchaba. De vez en cuando hacía una seña que indicaba, según creí, «atención, ya te toca…»

«La Puerta de Alcalá… y ahí está… la Puerta de Alcalá… viendo pasar el tiempoooo. Y ahí está, viendo pasar el tiempoooo…»

Y afortunadamente ahí estaba «La Puerta de Alcalá, viendo pasar el tiempoooo…»

Mientras escuchaba, pensaba en qué diría al encontrarme solo ante el micrófono con qien sabe cuanta gente del otro lado esperando escuchar algo coherente. Y sí, pensaba que diría algo así como… «Bueno, me llamo fulano y estoy aquí, solo, porque la directora aún no pudo llegar y bla… bla… bla…» «¡No!… ¡no!… ¡no! A nadie le interesa que la directora no esté y que tú te llames fulano y que estés solo. A nadie le interesa eso. ¡Inventa otra cosa, algo coherente, simple y si puede ser, que sea emotivo… ¿Entendiste?!» «¡Sí, si!», le respondí a la voz enérgica que escuchaba desde mi interior y me ponía en alerta.

¡Qué suerte! Esa música era mágica. Estaba embelesado escuchándola, cuando de pronto ¡zas! Termina el disco y el operador me hace unas señas aparatosas, siempre con una sonrisa que pretendía transmitir calma, supongo. «Bien, llegó el momento. ¡Al agua ya!» Otra vez la voz interior… Mientras yo pensaba… «Solo frente al Mundo y no sé que hacer.» Y de pronto me sorprendí yo mismo, con una voz calmada que no se acordó de las «buenas tardes», ni de ninguna explicación, en absoluto y fue directo al grano.

«Sí, allí está la Puerta de Alcalá… viendo pasar el tiempo. Sí, allí está, la Puerta de Alcalá…» «Los libros también están allí y aquí y en todas partes, los libros también están viendo pasar el tiempo y al mismo tiempo están viendo las historias que pasan a través de él… Y después, los libros nos cuentan esas historias que ven pasar a través del tiempo…»

Seguidamente, todo sucedió en escasos segundos, al mismo tiempo, el operador cortaba la transmisión, ponía otra vez la misma música, sonreía de oreja a oreja y apuntaba con los pulgares hacia arriba y… la directora del programa transponía la puerta del estudio y me miraba con los ojos grandes como el dos de oros y una amplia sonrisa en su semblante. ¡Ufff!… ¡Qué alivio!

Amancio Prada en Santiago de Compostela

Amancio Prada… Algunos tuvimos la dicha de conocerlo y tratarlo a principios de los ’90 cuando actuó en el Teatro Solís de Montevideo, auspiciado por el Centro Gallego. Un personaje de exquisita sensibilidad este «gallego de El Bierzo», más gallego que muchos.
«La cara del que sabe».mp4
SOBRE EL PRÓXIMO CONCIERTO EN SANTIAGO DE COMPOSTELA: 2 de marzo 2013, a las 21h, Teatro Principal.
“Llevo a Galicia en el corazón, porque en ella he vivido y soñado mucho”. Me identifico con lo que una vez dijo Federico García Lorca. El Bierzo es el pórtico natural de Galicia. Y en esa tierra atravesada por el Camino de Santiago está el pueblo donde nací, Dehesas, a la orilla del Sil. Allí fue donde aprendí desde niño el habla y los cantos familiares de la labranza y de la fiesta. Un hablar y cantar perfumado por los airiños aires. Sin darme cuenta crecí con esa inclinación y acento galaico. Encontrarme luego con la poesía de Rosalía de Castro fue reconocer el paisaje de toxos y flores donde anida el pájaro que llevo dentro del pecho cantando.Pero en esta ocasión, amigos, no vengo a Compostela a cantar las cantigas de los primeros trovadores ni las de Cunqueiro, ni tampoco a Rosalía ni a Celso Emilio Ferreiro. No. Vengo con tres libertarios, tres voces de la desobediencia: Chicho Sánchez Ferlosio y Agustín García Calvo, con quienes tanto he querido, y Léo Ferré, la estrella más rebelde del firmamento de la canción francesa. Para sembrar cantando la semilla de su perenne rebelión y belleza. Un círculo vinculado por la amistad y el fervor desde los años de la utopía y el exilio, París, el Barrio Latino, la “révolte” aferrada del viejo león, el zurrón de García Calvo, el desparpajo ferlosio, el soliloquio de la sonrisa contra toda forma de poder que niegue la libertad. Así es la vida que merece ser vivida, así las palabras que merecen ser cantadas.Cuando vengo a Galicia suelo dar rienda suelta al repertorio en gallego en detrimento del que canto en castellano. Lo hago casi sin pensar. Y me quedo con las ganas de cantar otros autores tan queridos y fundamentales en mi vida como estos tres poetas, por ejemplo. Por eso esta vez vengo a Santiago con canciones distintas, algunas de composición muy reciente, un repertorio acorde con los tiempos difíciles que estamos viviendo. Tiempo habrá de volver a cantar lo ya cantado en gallego… e tamén de mostrar as novas cantigas que estou facendo. Pronto. Eso espero.

Ahora podéis escuchar “La cara del que sabe”, ese poema de García Calvo que no deja títere con cabeza. A ver qué os parece. Sonará en el Teatro Principal. Salud!»

Amancio Prada es de un pueblo del Bierzo, comarca montañosa al otro lado de SerrA Serra do Courel, Serra dos Ancares, Serra do Eixe, en la frontera de León con la parte oriental de Galicia. El Bierzo perteneció al Reino de Galicia, durante un tiempo prolongado. Tanto en esa comarca como en algunas regiones del sur y oeste de Asturias, así como en el norte y oeste de León, existen pueblos donde se habla en idioma gallego. Como nota curiosa viene al caso comentar algo acerca de la unión de los pueblos, más allá de «las fronteras». «Montegal», grupo de flok celta y tradicional de Galicia, tenía en su repertorio un tema en honor a Taramundi llamado «Taramundi e Alén», que es un pueblo del oeste de Asturias cerca de la frontera con Lugo. Pueblo famoso por su pan, así como lo es también Cea, provincia de Orense, cerca de Trasalba, la tierra de don Ramón Otero Pedrayo. Algunos habremos oído hablar alguna vez del famoso «pan de Cea», así como el también famoso «pan de Taramundi».
Reserva de la Biosfera del Río Eo, Oscos y Terras de Burón en Taramundi. Descripción: Área occidental de Asturias y oriental de Galicia, que envuelve la ría.

Paul McCartney en Montevideo

Paul McCartney será huésped ilustre de Montevideo

El exintegrante de The Beatles dará un concierto en el Estadio Centenario en el marco de su gira «On the Run».

Paul McCartney- Centro Español de Maldonado (10 de mayo de 2010) – Cuando presentamos esta nota en el blog, lo menos que podíamos imaginar era que casi dos años después tendríamos de visita por nuestro país al carismático músico de los Beatles, grupo mágico que fue y es admiración de varias generaciones. Iniciábams así aquella nota…

«Les diré lo que me pone nervioso, cuando toco frente a un pequeño grupo de personas», afirmó McCartney. «Si son recitales corporativos o benéficos, uno nunca sabe quién compone la audiencia. Puede ser gente a quien realmente no le guste el rock & roll, y uno está allí sentado diciendo Sigue leyendo

«Montegal… folk celta y tradicional de Galicia»

Última actuación de «Montegal» como teloneros de Susana Seivane – Marzo de 2007 Polideportivo del Centro Gallego de Montevideo

¿Alguien se acuerda de Montegal?… ¡Qué entusiasmo al comienzo y por varios años! En el año 2001 comenzamos a mezclarnos con «Os trapalleiros», cuando quisimos acordar, algunos de nosotros estábamos en el escenario actuando con ellos. A la sazón Fernando Villarino era el director, integraban además el grupo, su hermana, Ana Clara, Javier… Todo ese año 2001 fue raro, porque, ‘los intrusos’… ‘éramos y no éramos’. De pronto, al acercarse el verano nos preguntamos todos… ¿qué hacemos, no nos vemos por tres meses o seguimos ensayando? Se veía venir la crisis de mediados del 2002, ya había caído Brasil, Argentina y aquí presentíamos el mazazo. Nadie se iba de vacaciones en enero, todos se quedaban a cuidar su chacra, por las dudas, fue así que surgió la idea de efectuar una serie de ensayos entusiastas en el Polideportivo de Carrasco del Centro Gallego. A cielo abierto. Sí, tocábamos gaitas, percusión y cantábamos al aire libre y el fantasma de la crisis desaparecía de nuestras mentes. De pronto la presidente de Cultura nos dice… ¿Se animan a ensayar ‘Falade Galego’? Si lo logran presentamos una actuación del grupo a finales del mes de enero, en homenaje a Alfonso Daniel Rodríguez Castelao. ¡Casi nada!

El 30 de enero de 2002 éramos once músicos actuando bajo las estrellas en la Plaza Marcelino Martínez, delante del cruceiro y ante unos cien concurrentes. ¡Fue un éxito espectacular! Sorpresivo, inesperado, lo cual nos animó aún más. Después, estábamos deseando que llegara el miércoles para ensayar. Las molestias físicas y las preocupaciones desaparecían en cuanto «hacíamos alma» con los instrumentos. Casualmente, en ese tiempo, Villarino se había ido para Galicia, para luego volver pero para rearmar «Os trapalleiros». El ‘grupo de música folk gallego’ sin nombre, siguió creciendo, sobre todo en entusiasmo. Y, ya más consolidado el grupo, en una actuación a beneficio del Hogar Español de Ancianos, a mediados del 2003, recibió el bautismo… ¡Montegal!, con la bendición del Padre Aurelio, el que oficia la misa en idioma gallego en la Catedral Metropolitana los 25 de julio de cada año.

Pero, no todo era color de rosa, dos integrantes se habían retirado ya, otros nuevos iban llegando. Y ese éxodo y nuevos arribos continuaron. A pesar de las deserciones, increiblemente la calidad musical se mantenía y hasta mejoraba, gracias al esfuerzo de los que realmente sabían y otros que, con limitaciones tratábamos de apoyar y mantener unido al grupo.

La primera actuación realmente importante fue en el «Primer Festival Celta de Montevideo», en el predio de la ex Escuela Agrícola Jackson, a mediados del 2002, en el que participaron grupos de Chile, Argentina y Estados Unidos (y probablemente omita alguno más). El escenario y el audio eran ¡en serio! Ahí se notaba lo que sonaban los instrumentos bien amplificados. Fue ese un acontecimiento inolvidable, pero el festival no se volvió a realizar, tal vez por influencia de la crisis que ya se había instalado con virulencia. A ese predio de la ex Escuela Agrícola Jackson volvimos el año siguiente para actuar como Montegal, nada menos que en la iglesia, con un lleno total y éxito rotundo.

Recordaré algunos otros lugares de actuación… Entre otros, mencionaré la Sala Teatro La Colmena, Bodegas Carrau, Capilla de Farruco, diversos centros gallegos y españoles de Montevideo, Sala Zitarrosa, Teatro La Mennais. También casamientos, cumpleaños, festivales, tanto a beneficio como contratados. Durante varios años acompañamos musicalmente la misa en gallego en la Catedral Metropolitana, el día del Apóstol Santiago… ¡Fue sublime! El ciclo de actuaciones en el Pub The Shannon los terceros miércoles duró varios años. Era un sacrificio pero… ¡fue hermoso! La primera vez, por supuesto yo no quería concurrir… ‘¡Qué dirá la gente que me vea ahí!’ Algunos compañeros(as) me animaron y finalmente me animé. Confieso que ese primer día me sentí ‘como perro en cancha de bochas’. La paciencia de mis compañeros y la bonomía de los patrones del pub, enseguida me hicieron sentir muy bien. Sorpresas, satisfacciones… La música tiene eso que se logra cuando ‘se pone el alma’… ¡magia! Varias veces, en el descanso o al final de la actuación, se me acercó gente próxima a mi edad, me saludaban efusivamente, pero en una oportunidad un extranjero, además del saludo afectuoso, en inglés (si hubiera leído ‘Cinco días en Londres’…), ¡me dio una propina! Yo no sabía qué hacer con ese billete de doscientos pesos, después de reaccionar se lo di enseguida a mis jóvenes compañeros, que tras palmearme los hombres y sonreír, enseguida lo convirtieron en cerveza.

Con algunos integrantes de IGAEM nos hemos encontrado varias veces en Galicia. Con Bieito Romero hemos tenido varias xuntanzas na terra meiga. En octubre de 2006 me dedicó todo un programa en Radio Voz «Músicas del Mundo», para hablar exclusivamente de Montegal, la música folk gallega en Uruguay, los centros gallegos… En mayo de 2007 recibí una comunicación telefónica de Bieito, precisamente… «¿Cómo está Montegal?… porque este año vais a ser nominados para participar el próximo 2008 en el Festival de Música Celta de Lorient». Muy a mi pesar le tuve que comunicar que ‘Montegal había dejado de existir hacía dos meses’. Después, algunos derivamos hacia la Banda de Gaitas Irmandade, otros pasaron a integrar otros grupos musicales.

¡Qué curioso!… La última actuación de Montegal fue actuando como telonero de Susana Seivane, ¡en el mismo lugar que debutó!… cinco años después.

Dijera el sastre…»¡hay más tela para cortar!»… Sí, y también hay más anécdotas para contar, pero, el caso es que yo me anime. Así que… ¡basta por hoy!

Nota parcial de la prensa española de Montevideo: «El espacio cultural de La Colmena, fue el lugar elegido para que durante dos noches el grupo folk Montegal, nacido en el Centro Gallego de Montevideo en el año 2002, presentara sus nuevos trabajos de fusión de músicas de las naciones celtas. Tras la incursión primaria de Os Trapalleiros a principios de este siglo, posteriormente se formaría un nuevo grupo de folk en el Centro Gallego de Montevideo que sería en el 2002 bautizado como Montegal (Montevideo Galicia), uniendo así los dos orígenes de todos sus integrantes. Tras varias formaciones, en el último año se ha renovado el grupo al conformarse otra nueva formación. Los Williams, que junto a Os Trapalleiros y Montegal, son la representación musical en el concierto artístico uruguayo del folklore gallego. El pasado fin de semana, en el espacio cultural La Colmena, el grupo Montegal presentó, en una fría noche de invierno, todo su  colorido musical, fusionando interpretaciones celtas de Irlanda, Escocia y Galicia, la mayoría de ellas arregladas por sus propios músicos. Las sorpresas la dieron en esta ocasión la participación de tres bailarines, Marcelo Berti, Victoria Llano y Silvana Romero, todos del Centro Valle Miñor, que demostraron los gastos que hay que hacer para danzar las tradicionales muiñeiras o las jotas. Pero quizás el que más corazones derritió en el auditorio fue cuando Santiago Acosta e Ignacio Tambasco, dos jovencitos de diez años, se pusieron frente al público al lado de su maestro, Carlos González, y comenzaron a interpretar un par de temas con sus gaitas. Sin duda que este grupo, además de difundir la música celta y gallega, también forma músicos y así queda demostrada con la renovación e interpretación de estos niños gaiteros.»

Los cien años del relojero

El Tala, 1959. En la Casa del Viejo Pancho - Coro del Centro CoruñésEl Tala, 1959. En la Casa del Viejo Pancho - Coro del Centro Coruñés

El Tala, 1959. En la Casa del Viejo Pancho – Coro del Centro Coruñés. Tiempos muy felices, si los hubo…  El primero por la izquierda es el relojero, a su lado su hijo (un servidor), el segundo que sigue es mi amigo Ricardo, a su lado Julito, el penúltimo por la derecha de la foto, Joaquín Rosende. Entre las damas, al medio, Carmiña (Mucha, mi querida hermana), que viviría tan solo seis años más. El homenaje de esta nota es en recuerdo de Carmiña que tendría hoy setenta y seis años, y para el relojero, mi padre, en el día que precisamente cumpliría cien años de edad.

Varios de mis relatos se inspiran en las vivencias de mi época infantil, de grandes carencias pero muy feliz, en Compostela, en compañía de mi padre. Sus cuentos, las fantasías, las historias, en su mayoría ‘inventos’… contribuyeron definitivamente en la inspiración de cuatro de los cinco relatos de «El bosque de la Condesa»,  «La carta de Amelia», «El niño ciego», «Dos cofres de plata», «El bastón de don Nicanor», así como en otros relatos y una novela, aún no publicados. En «El vendedor de libros» aparece el personaje queriendo influir en las decisiones del tímido aspirante a vendedor, frágil como una pluma, a sus ojos, por eso trataba de desmoralizarlo para que no se aventurara en ese mundo incierto de la venta de libros, por temor a que abandonara un empleo seguro, máxime con los fracasos recientes a cuestas con la venta de zapatos que a punto estuvieron de liquidar los ahorros, aunque pocos pero casi todos, acumulados a costa de algún tiempo y mucho sacrificio. Entonces, la expresión espontánea del relojero, para «salvar» a su hijo de «otro fracaso seguro», no demoró en salir: «Y tú… ¿a quién te crees que le podrás vender un libro?» No sabiendo él que fallaba en la estrategia de protección, ya que esa expresión era el acicate que le faltaba para lanzarse a la aventura de incursionar en un mundo incierto,  aún desconocido en gran parte.

Otro día hablaremos también del fallo en la estrategia del tío Alfonso, el zapatero, que creía que el tímido aspitante a vendedor seguía «sus agresivas instrucciones» para lograr el éxito en la venta de sus novedosos mocasines de gamuza.

Como recuerdo y homenaje trancribo a continuación unos párrafor de «El vendedor de libros»: «… Después de que se jubiló, venía casi todos los días y conversábamos de tiempos pasados, de los buenos y de los otros, pero más de los buenos. Era una buena terapia. Esas pláticas se convirtieron en una rutina que se mantuvo hasta el último día que el relojero nos acompañó en este mundo, catorce años después, un día antes de la noche de San Juan, al comienzo del nuevo milenio. Le gustaba tomar una copita de licor de durazno o de higo que yo mismo preparaba, o un vasito de vino. Si nos acompañaba a la casita de descanso de Piriápolis, se aburría pronto porque extrañaba la partida de dominó con los amigos, pero disfrutaba mucho el choricito a la parrilla, con pan y vino. Hacía sus palabras cruzadas o jugaba al solitario y no molestaba a nadie.»

«La última vez que conversamos era una tarde de invierno pero el frío aún no se hacía notar, mientras yo revisaba papeles en forma rutinaia, el habló por más de tres horas. Lo máximo que se quedaba siempre era una hora pues no quería perderse su partida de dominó, pero esa vez habló como no lo había hecho antes, recordando acontecimientos familiares. Le ofrecí un vasito de vino, como siempre, pero esa vez me pidió que fuera grande el vaso, pues ‘hacía mucho tiempo que no saboreaba un buen vaso de vino’. Le ofrecí música y me pidió que le pusiera música mexicana, que era lo que le gustaba cantar últimamente cuando concurría a las reuniones de mis amigos. Si bien antes lo controlaba algo ya le había dicho hacía tiempo que a la edad que tenía debía disfrutar y hacer lo que fuera de su gusto. Ciertamente, no hacía falta que yo le dijera eso, pues él siempre hacía lo que quería.

Después que quedó viudo, pasó unos cuantos años en Mallorca (…) viniendo alternadamente a Montevideo, varias veces. Luego pasó un tiempo en Compostela (…) y los últimos quince años los pasó con nosotros. Sufrió las penas que sufre cualquier mortal, a veces muy duras. Solía decirme… ‘a nosotros sí que nos tocaron bravas…’, pero esos últimos años fueron muy buenos para él. El relojero tuvo mucho mejor suerte que doña Carmen.

El vino se fue consumiendo poco a poco. No quiso otro. Se despidió y se fue retirando muy lentamente como de costumbre, pero esta vez más lentamente, como si le costara irse, saludando a todos… uno por uno… como si se estuviera despidiendo de verdad.

Tenía ochenta y ocho años y se vanagloriaba de que los médicos no le encontraban nada, no le recetaban ninguna pastilla. Utilizaba lentes solo para leer. Nunca se quejaba de nada, salvo alguna indigestión pasajera y la úlcera varicosa que lo acompañó desde el tiempo de la guerra civil, por una herida que él mismo se provocó entonces, para evitar que lo enviaran al frente, no lo aquejaba nada. Cuando yo le comentaba que tenía jaqueca, me decía… ‘yo no sé lo que es eso, nunca tuve un dolor de cabeza’. ¡Llegué a pensar que viviría cien años!… ‘cuando tengas cien años volveremos a hablar de eso, mientras tanto disfruta’… Se enojaba cuando le decía… ‘pareces Johnnie Walker’… ‘¿por qué me pones ese mote inglés?’… ‘porque parece como si hubieras nacido en 1874… ¡y sigues tan campante!»

Tal vez el Supremo consideró que ya estaba bien… y esa misma noche trastabilló y se golpeó la cabeza contra el suelo. Serían las ocho de la noche, yo estaba trabajando aún en la librería, muy cerca del lugar del hecho, a tan solo cuatro calles y no me enteré de nada. A los de la ambulancia les decía que él no tenía nada, pero igualmente lo llevaron  al Sanatorio de Casa de Galicia de la Avenida Millán y lo dejaron en observación. No quiso que me avisaran… ‘¡porque yo no tengo nada!’ Cuando lo fueron a ver nuevamente, había pasado de un sueño a otro sueño… al eterno, en forma silenciosa, tal cual era su manera de ser. Si él hubiera podido elegir la forma, seguramente habría elegido esa misma.

El día después, en el velatorio, un amigo, Anibal, me contó que justamente el día anterior se había encontrado con él antes de que viniese a la librería y se habían tomado un vasito de vino en el bar que queda cerca de alí.

Después de esa conversacón con Aníbal, me acerqué al cuerpo sin vida material, a ‘conversar con él, con su espíritu’ y silenciosamente le murmuré… ‘también esta última me la ganaste… ¿eh, abuelo?’… ‘y ahora, ¿qué quieres que cantemos juntos… a rianxeira?’… Eran las dos de la mañana, los acompañantes estaban unos dormitando otros tomando café, en otra sala contígua, pensé que sería lo único que podía ofrecerle para que ‘se llevara’ como recuerdo, después de pensarlo por un momento, por fin hice un esfuerzo y, casi como susurrando… ¡la cantamos toda!»

Parece mentira las cosas que veo… por las calles de Montevideo

Playa Malvín - Montevideo

«Parece mentira las cosas que veo… por las calles de Montevideo», canta Jaime Ross en una de sus canciones. Carlos, un amigo de la juventud, allá por la década de los ’60, cuando andábamos de un sitio a otro  simplemente divagando por la ciudad, solía comentar a menudo ante ciertas cosas que veíamos… «Lo que hay que trabajar para vivir sin trabajar». Sí, la ciudad de Montevideo nos sorprendía en aquel entonces Sigue leyendo

Banda de Gaitas Irmandade en el 8º Festival de Música Celta de Montevideo

"Banda de Gaitas Irmandade"... Interpretando "Chiquitita" de ABBA

Banda de Gaitas «Irmandade» en la Sala Zitarrosa, con el guitarrista y tres de la murga, invitados, el 15 de octubre de 2011

La Banda de Gaitas «Irmandade», actuando en el marco del «8º Festival de Música Celta de Montevideo». Esta fiesta ocurre cada año en primavera. Esta vez se dieron cita quince grupos vinculados a la cultura celta por medio de la música. Las naciones celtas, Gales, Escocia, Asturias, Galicia, Irlanda… Sigue leyendo

Congreso de Educación de San Pablo

Caricatura ganadora del Congreso de Educación de San Pablo

Esta caricatura fue la ganadora en un congreso sobre educación y vida sostenible celebrado en Sao Paulo. «Todo el mundo piensa en dejar un planeta mejor para nuestros hijos…  

Cuando lo que debería pensar es en dejar Mejores Hijos para el Planeta Necesitamos comenzar YA!
Un hijo aprende del respeto y la honra dentro de casa,
donde recibe el ejemplo de su familia, así aprende a vivir en su país, a convivir en sociedad y se vuelve un adulto comprometido en todos los aspectos, inclusive en respetar el planeta donde vive.

Siempre muy atenta a colaborar, Berta Canabal me envió esta nota, que tiene relación con el tema de las dos últimas «entradas»… «El billete de quinientos pesos». Que un jurado tenga la valentía de adjudicar un primer premio a una caricatura como la precedente Sigue leyendo

Orquesta Sinfónica Juvenil «José Artigas»

"Anduriña" a principios de los años '90

«Anduriña» a principios de los años ’90

En la fotografía, los cuatro jóvenes integrantes del grupo «Anduriña» en sus comienzos, antes de una actuación en el Polideportivo de Carrasco del Centro Gallego de Montevideo,  acompañados por dos integrantes del consejo directivo, Nelson Regueiro y Manuel Losa.

En la Entrada del 24 de febrero de 2010, comentábamos – «Conocí a Ariel Britos en 1991, siendo él un joven músico, violinista de la Orquesta Sinfónica Municipal, talentoso y dinámico, algo fuera de lo común. Sigue leyendo